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La Tribuna

La historia del bombero de Los Ángeles que se encuentra grave por coronavirus en Temuco

por Juvenal Rivera Sanhueza

Marcela Herrera, pareja de Sergio Rivas, explicó que la idea de hacer público su caso fue para "generar conciencia en las personas que no entienden lo cruel que es esta enfermedad, que aparte de atacar tu cuerpo, te aleja de tu familia, de tus seres queridos, y genera un tremendo dolor en las personas que amamos".

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Cuando Sergio empezó con los síntomas, a mediados de abril, no parecía nada grave. Un poco de tos, otro poco de dolor de cabeza y algo de fiebre. Parecía un resfriado como cualquier otro.

Pero los días pasaban y cada vez iba sintiéndose peor.

El lugar es Temuco y las molestias de Sergio se producían justo cuando los casos de coronavirus en esa ciudad se contaban por varias decenas diarias, incluso con víctimas fatales, casi sobrepasando la capacidad de atención en el sistema de salud de La Araucanía.

Por esa misma razón, Sergio Rivas y Marcela Herrera -su pareja- se encerraron en su departamento desde fines de marzo y empezaron a hacer teletrabajo desde ahí para el cuartel general del Cuerpo de Bomberos, donde ambos cumplen funciones.

Solo se permitían ir una vez a la semana al supermercado para proveerse de alimentos y así cumplir con las órdenes de la autoridad que apuntaban al confinamiento forzoso como medida extrema para frenar la ola de contagios.

Ambos son de Los Ángeles y están radicados hace tres años en la capital de La Araucanía. Llegaron buscando mejores expectativas laborales y justo en abril tenían programado emprender juntos unas vacaciones a un destino caribeño.

Pero la propagación de la enfermedad, la cancelación de los vuelos y el cierre de las fronteras obligaron a postergar esas intenciones. Solo les quedaba esperar a que todo pasara en algún momento.

Pero la salud de Sergio -de 32 años- se seguía agravando. La fiebre no cedía, por el contrario, cada vez era más alta y las molestias eran aún mayores. Aunque acudieron a un centro de salud, solo le recetaron paracetamol para las molestias. El 22 de abril, abrumados por las complicaciones, decidieron trasladarse a la Clínica de la Universidad Mayor. El joven ya acusaba serios problemas respiratorios.

A su ingreso, su diagnóstico era de gravedad y no hubo otra opción que conectarlo a ventilador mecánico.

Desde ese día que Sergio, que es voluntario de Bomberos con la especialidad en rescate vehicular, permanece internado en ese recinto asistencial. Para Marcela y la familia de este joven han sido los días más difíciles, especialmente en las primeras jornadas marcadas por la incertidumbre y el desasosiego.

Es que la enfermedad los obliga a permanecer completamente aislados de sus seres queridos. No pueden recibir visitas en la clínica y los parientes solo deben conformarse con recibir informes diarios sobre la evolución de su estado de salud. En paralelo, han convocado cada noche a sumarse a una cadena de oración a parientes, amigos y conocidos para que se pidiera por la salud de este joven.

POSITIVA EVOLUCIÓN

Lo bueno de todo es que Sergio -Cheto para sus amigos- ha evolucionado de manera positiva, al punto que hace unos días recuperó la conciencia y pudo hablar con Marcela a través de una videollamada. Después de más de dos semanas, pudieron reencontrarse a través de la pantalla de una tablet.

Aunque sigue conectado a un equipo de apoyo respiratorio, las perspectivas ahora son muy positivas. No se sabe cuándo le darán el alta, pero sí es cierto que su recuperación va bien encaminada.

Su caso se hizo conocido en Temuco. El diario Austral de esa ciudad publicó su historia con titular principal y foto de portada a toda página.

Marcela, quien ha debido permanecer en cuarentena todo este tiempo, explica que permitió hacer público el caso de su pareja para que las personas tomen conciencia sobre las implicancias de esta enfermedad.

Es que Sergio no tiene enfermedades anteriores ni tiene conductas de riesgo. Además, siempre tomaron las precauciones para evitar el contagio, como estar en cuarentena y salir solo lo estrictamente necesario.

No había querido dar detalles por redes sociales sobre su estado y qué padecía, pero decidimos en conjunto con los padres de mi Sergio acceder a que fuera público, solo con el sentido de generar conciencia en las personas que no entienden lo cruel que es esta enfermedad, que aparte de atacar tu cuerpo, te aleja de tu familia, de tus seres queridos, y genera un tremendo dolor en las personas que amamos. Han sido días muy duros, difíciles, en donde cuesta levantarse día a día, no sé cómo he estado de pie todo este tiempo, señaló en su cuenta de Facebook.

Gracias a Dios, Sergio ha evolucionado favorablemente estos últimos días y esperamos que siga así hasta que por fin le den la tan esperada alta y vuelva a casa, añadió.

De paso, agradeció a todas las personas que han estado brindándome su apoyo en estos días tan negros, por sus oraciones, por las buenas energías que nos han enviado.

Espero que nuestra historia sirva para que la gente tome en serio este maldito virus, por favor cuídense, cuiden a su familia. Y acá estoy, esperando que vuelva pronto a casa.

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