Costureras producen casi 20 mil mascarillas para comunas de Biobío

Jacqueline Flores llegó hace 18 años a Santa Bárbara y hace 12 que se dedica a las confecciones. : Empecé a hacerle la ropa o los trajes a mis hijos. En el jardín le pedían vestuarios y yo trabajaba en ese tiempo, entonces tenía que estar arrendando. Empecé a hacerlos yo misma y después postulé a un proyecto de Sercotec y ahí me tuve que formalizar. Jacqueline trabaja y recibe a sus clientes en su propia casa, dejando un sector para su tienda Confecciones Roco. Uniformes escolares, institucionales y vestuario para Fiestas Patrias son sus principales productos.

Pero la crisis del coronoravirus afectó de manera importante su negocio, que se nutre en gran parte de la demanda por uniformes escolares. Ante la contingencia debió reconvertirse: Empecé a hacer mascarillas para la familia, que somos hartos; para mis amistades. No lo publiqué, porque la verdad no pensé que iba a ser de venta masiva. Pero hoy, las mascarillas son mi principal fuente de ingreso para la familia., señala.

Jacqueline es una de las 14 costureras contactadas por la empresa Colbún en la Región del Biobío para confeccionar mascarillas, que se han convertido en un bien de primera necesidad, luego de recientes disposiciones que obligan a utilizarlas en el transporte público y privado, y en espacios cerrados donde haya más de 10 personas.

Con el fin de ayudar a paliar el déficit de mascarillas, Colbún asumió el desafío de contactar y establecer una vinculación con distintas costureras de la Región del Biobío con el fin de organizar y financiar la confección y donación de, hasta el momento, casi 20 mil mascarillas, la mayoría de ellas reutilizables.

Se trata de emprendedoras que viven en comunas donde la empresa mantiene operaciones como Coronel, Quilaco, Santa Bárbara, Antuco y Quilleco, y donde además la generadora tiene un trabajo fluido a través de sus Centros de Emprendimiento Colbún CEC (en Santa Bárbara y Coronel). 

Pedro Vial, gerente de Asuntos Públicos de Colbún, detalla el espíritu de la idea: Quisimos asumir un rol articulador, aportando a una necesidad social urgente como es disponer de este insumo para protegerse de contagios, y al mismo tiempo ayudar a microempresarias que no lo están pasando bien.

Las casi 20 mil mascarillas están siendo donadas y distribuidas en las municipalidades de Quilleco, Quilaco, Antuco, Cabrero y Santa Bárbara; a las Direcciones de Administración de Salud (DAS) de los mismos municipios, a los hospitales de Santa Bárbara y Coronel, a la Confusam de Coronel y a la Junta de Vecinos del sector Charrúa de Cabrero.

La iniciativa es parte de la campaña de Colbún Compartamos nuestra mejor energía a través de la cual la empresa ha impulsado una serie de acciones de apoyo local ante la difícil coyuntura creada por la crisis sanitaria.

DETRÁS DE LA MASCARILLA

Tal como Jacqueline Flores, desde su casa en Coronel Lucina Opazo también tiene una historia que contar. Su negocio, Confecciones Blezzing, tiene su local en una galería en el centro de la ciudad, pero ésta se mantiene cerrada desde el 15 de marzo producto del Covid-19. Tuvo que recoger la gran cantidad de mercadería que le quedó, y llevarse los productos a su taller en casa.

Sus especialidades también son los uniformes escolares y ropa corporativa, además de los pedidos que empieza a tomar desde mayo y junio para vestuario de Fiestas Patrias.

Se ha dedicado desde pequeña a las confecciones. Comenzó con ropa para sus muñecas, luego ropa para sus hermanos y ya de adulta tuvo su primera máquina eléctrica. Ya son 18 años con su negocio. Sobre el acuerdo con Colbún, comenta que me alegré mucho, fue como una ventanita que se nos abrió. Es una oportunidad muy grande para mí.

Sus mascarillas son de doble tela TNT, de tres pliegues, con elásticos a los lados y con una especie de moldura para la zona de la nariz. Tienen también otra gran cualidad: Son reutilizables. Según cuenta, la calidad de su producto ya goza de reconocimiento: Hemos trabajado bastante. Por encargo de Colbún entregué en el Hospital de Coronel y les encantó la calidad, el hecho de que fueran de doble tela y reutilizables.