Los Ángeles vive un momento clave en su desarrollo urbano, debido a la discusión entorno al proceso de modificación y actualización del Plan Regulador Comunal (PRC), y -entre otras varias aristas- la necesidad de extender o no el límite urbano.
El pasado 21 de agosto, la Cámara Chilena de la Construcción de Los Ángeles entregó una propuesta al municipio, denominada "Ampliar para regular", basada en ocho puntos clave de urbanización y planificación, pero que en su génesis argumenta sobre la postura de extender de las 3.500 hectáreas actuales a las 12 mil el radio urbano.
Para abordar este punto en particular y todo lo que implica esta modificación, Diario La Tribuna conversó con Mauricio Carrasco, arquitecto y asesor urbanista del municipio angelino, quien, en base al informe "Desafíos y Perspectivas para una Planificación Sostenible", entregó un diagnóstico de la situación actual de la ciudad, y del dilema que debe resolverse entre autoridades, sector privado y la sociedad civil: ¿crecer hacia la periferia o revitalizar el centro?
LA METÁFORA DE LA HUERTA
Este ejemplo ilustrativo refleja que cada plan entrega un marco general, pero son todos los actores: sector público, privado y la ciudadanía, quienes dan forma a la ciudad con sus decisiones de inversión, uso de suelo, transporte, entre muchas otras temáticas.
Es por ello que este proceso -argumentó Carrasco- es complejo, extenso y en algunas fases de alto nivel técnico, porque deben consensuarse las miradas e intereses particulares, a los propósitos comunes de la ciudadanía en general.
Actualmente, la modificación o ajuste al Plan están en fase inicial, pero son tres las etapas que deben considerarse para llegar al resultado final. La primera etapa consiste en la elaboración de una cartografía base del área de estudio. Una vez entregado este producto por parte de la empresa contratada, instancia que está en proceso de licitación, se dispondrá de una cartografía digital actualizada, y se procederá a la contratación del proyecto de ordenamiento, el que considera diversas actividades de participación ciudadana.
Carrasco remarcó que este informe, que fue entregado al alcalde y concejo municipal a principios del mes agosto, "no pretende agotar cada uno de los temas, ni busca imponerse sobre otras visiones que hay sobre la materia, sino por el contrario, busca promover la reflexión y conversación de los actores involucrados".
DEPENDENCIA DEL AUTO V/S TRANSPORTE PÚBLICO
Como diagnóstico uno de los puntos clave del documento da cuenta de la alta dependencia que tiene la ciudad del uso del auto. Los números reflejan que en Los Ángeles se realizan más de 550 mil viajes diarios, de los cuales un 46% se hacen en automóvil.
La tasa de motorización es de 289 vehículos por cada mil habitantes, una de las más altas del país. En 2001 había 21.930 permisos de circulación, mientras que en el 2023 fueron 67.766: un aumento del 209% en 20 años. Es decir, al 2031 podrían llegar a 88 mil vehículos.
Respecto al uso del transporte, la encuesta Origen Destino del año 2022 arrojó como resultados que el 47% de los viajes diarios se hacen en auto particular y solo 17% en transporte público (22% en bus urbano, 78% en colectivo), lo que genera congestión severa en horas punta (sobre todo 7:30-8:30), aumento de emisiones contaminantes y deterioro de la calidad de vida.
La razón, el transporte público es percibido como insuficiente y poco atractivo. "El día que le digamos a nuestra mamá o a un hijo de 12 años que se suba a la micro porque es segura, rápida y digna, ese día habremos dado un paso en esta materia", planteó Carrasco.
VIVIENDA, PARCELAS DE AGRADO Y LOTEOS IRREGULARES
Otra arista que contempla el informe es el acceso a vivienda, uso de suelos y parcelaciones. Los datos muestran una caída sostenida de habitantes en el centro: en 1992, un 11% de los angelinos vivía allí; en 2017, apenas un 3,7%. Las calles centrales concentran comercio, pero al caer la noche quedan desiertas e inseguras.
El crecimiento inmobiliario se ha orientado a barrios cerrados y loteos que -se indica- refuerzan la segregación. En distintos sectores, los vecinos rechazan conectar calles con barrios colindantes por temor a la delincuencia, a lo que se suma, una expansión no planificada hacia zonas rurales que carecen de servicios básicos (agua potable, alcantarillado, vialidad adecuada).
Por otro lado, está el tema del uso de suelos agrícolas, ya que se está perdiendo terreno fértil en beneficio de loteos poco regulados.
REVITALIZAR EL CENTRO
Considerando estos aspectos y otros, el informe plantea densificar y revitalizar el centro, invertir en transporte público y movilidad activa, y modernizar los instrumentos de planificación para hacerlos más ágiles.
La clave, sin embargo, está en la voluntad de la ciudadanía, ya que el Plan Regulador define usos de suelo, densidades y límites, pero no puede obligar a un privado a construir un centro comercial de calidad o un edificio residencial; y tampoco tiene el municipio toda la responsabilidad de la inversión pública. "El plan pone la mesa, pero son los privados los que cocinan", grafica Carrasco.
¿MÁS SUELO URBANO ES LA SOLUCIÓN?
Sobre la propuesta concreta de ampliar el límite urbano en 12 mil hectáreas realizada por la CChC, Carrasco remarcó que desde el municipio están abiertos a todas las miradas, y que este proceso se intensificara en las distintas etapas, donde son muchos los actores que tienen una visión. No obstante, advirtió que la ecuación, no es tan simple. "Pensar que con más suelo bajarán -por ejemplo- los precios es un error. Lo que se encarece es la periferia, pero el centro seguirá igual o más caro".
Además, agregó, urbanizar nuevas zonas implica un costo altísimo. "Solo ampliar la avenida Las Industrias demandó 220 millones de dólares en 16 kilómetros de calzada. Llevar servicios básicos a un área ampliada requeriría cerca de mil millones de dólares", puntualizó.
De todas formas, el debate está abierto y la visión de ciudad que se quiere construir es responsabilidad de todos y todas.
EL PLAN REGULADOR
Desde 1945 que el desarrollo y ordenamiento del área urbana de la comuna de Los Ángeles ha estado sujeto a un instrumento de planificación llamado Plan Regulador.
Aunque su contenido pueda ser y parecer muy lejano y árido, su existencia explica - en buena medida - las razones del porqué la ciudad ha crecido de la manera en que lo ha hecho.
Básicamente, un plano regulador nos dice cómo se ordena la ciudad e indica los lugares más aptos para construir casas o departamentos; negocios o industrias, colegios u hospitales.
También identifica las calles que necesitan mejorarse, ampliarse o construirse para que los vecinos puedan movilizarse sin dificultad así como donde debieran habilitarse plazas para que jueguen los niños y se junten los adultos.
Todas esas definiciones se suelen observar y explicar de mejor manera a través de planos, los cuales abarcan toda la zona urbana de la zona referida, desde una perspectiva general hasta el más mínimo detalle.
En el caso de Los Ángeles, el Plan Regulador actual fue aprobado en 2008, después de una fase de estudio y elaboración que tuvo un componente nunca antes explorado en la formulación de este tipo de instrumentos: la participación ciudadana. Sobre este se han realizado algunas actualizaciones, pero en definitiva se trata de un documento que en buena medida ha debido hacerse cargo del explosivo crecimiento demográfico de las últimas décadas que se ha reflejado en el aumento de su población urbana por diez veces desde que fuera formulado el primer Plan Regulador, en la década del 40’.
