El encuentro empresarial "Impulsa 2025: Chile desde el Biobío" reunió a autoridades, economistas y candidatos presidenciales para debatir el futuro económico del país con foco regional, en una jornada que evidenció tanto las fortalezas como los desafíos estructurales que enfrenta la región.
El gobernador Sergio Giacaman destacó que la región del Biobío aporta el 11% del producto interno bruto (PIB) nacional, con un crecimiento del 4,4% en el primer trimestre de 2025, lo que le permitió posicionarse como la cuarta región más dinámica del país. Sin embargo, las cifras también revelaron aspectos preocupantes, como un desempleo del 9,3% —que alcanza el 10,3% en mujeres— y una población de 1 millón 613 mil habitantes, menor que la proyectada.
DESAFÍOS ESTRUCTURALES
Álvaro Ananías, presidente de la Cámara de la Producción y del Comercio (CPC Biobío), fue enfático al señalar que "no sobra ninguna industria y ni un solo empleo en el Biobío", en referencia al impacto del cierre de Huachipato que elevó el desempleo regional. También expresó preocupación por la pérdida del 20% de la cuota de jurel, que pone en riesgo 6.500 empleos directos de la pesca industrial.
La llamada "permisología" emergió como otro obstáculo crítico. Según se reveló, los permisos en la región demoran 1.657 días, muy por encima del promedio nacional de 107 días, lo que costó US$100 millones y 5.300 empleos durante el año pasado.
La seguridad constituye otra preocupación central, con 59 homicidios registrados en la región y más de tres años en estado de excepción constitucional. El timonel de CPC Biobío fue categórico: "Con violencia, atentados, incendios intencionales, no hay inversión real posible".
En su segunda intervención, el gobernador Sergio Giacaman fue particularmente crítico con el centralismo y cuestionó la ausencia del presidente de la República en el evento.
VISIÓN POLÍTICA
El panel de candidatos presidenciales —Franco Parisi, Marco Enríquez-Ominami y Johannes Kaiser— abordó temas desde seguridad hasta empleo con enfoques divergentes.
Parisi propuso sacar a los "militares a la calle" y un corredor bioceánico hasta un megapuerto regional. Enríquez-Ominami defendió un "Estado estratega" que apalanque recursos privados, mientras que Kaiser abogó por "menos Estado" para liberar las fuerzas productivas.
El evento concluyó con un llamado transversal a diseñar estrategias de desarrollo regional desde el territorio, a abandonar la dependencia de Santiago y a aprovechar la "oportunidad gigante" que Chile tiene para los próximos 10 años.