Deportes Iberia atraviesa un proceso que, más que deportivo, parece un acto de fe. Bajo la conducción técnica del estratega Giovanni Olivares, la "Azulgrana" trabaja silenciosamente en la conformación del plantel que disputará la Tercera División B en 2026, con la ilusión intacta de recuperar el sitial perdido en el fútbol chileno.
Tras un exhaustivo proceso de selección que llegó a reunir a 30 jugadores, hoy Olivares dirige a un grupo de 24 jóvenes que entrenan mentalizados con quedar en la lista final.
La tarea no ha sido fácil: cada jornada significa una evaluación constante, en la que el técnico busca moldear no solo un equipo, sino también una identidad competitiva que le permita soñar con ser protagonista el próximo año.
Olivares explicó en conversación con La Tribuna su estrategia de trabajo. "Queremos ver la capacidad de nuestros jugadores en distintos amistosos, siempre en constante evaluación, porque la idea es construir una base sólida de 15 futbolistas, a los que se sumarán los refuerzos provenientes de otros clubes de la categoría".
LOS CUPOS "CON OJO CLÍNICO"
El técnico sabe que en la Tercera División nada se puede dejar al azar. Consciente de los errores cometidos por otras instituciones, se ha propuesto trabajar con cautela a la hora de definir los cupos reglamentarios.
"Debemos ser muy cuidadosos, porque no podemos perderlos. Estamos analizando jugadores que podrían ocupar esos espacios, pero la elección debe ser con un ojo clínico", sentenció.
En esa línea, el estratega también tiene claro el perfil de jugador que quiere para Iberia: futbolistas dúctiles, capaces de adaptarse a distintas posiciones, con inteligencia para pensar antes de actuar y con la madurez necesaria para sostener un proyecto exigente.
"Los que tenemos hoy cumplen en gran medida con esas características", afirmó.
NADA QUEDA AL AZAR
Olivares no solo construye un equipo: también siembra disciplina y planificación. Desde que asumió, repite como un mantra que "nada queda al azar". Con entrenamientos meticulosamente diseñados, evaluaciones constantes y un cuerpo técnico alineado con su idea, Iberia busca volver a competir desde una base firme y profesional.
"Entendemos que en el fútbol se gana o se pierde, pero queremos que el resultado sea el fruto de un proceso serio", recalcó.
DANIEL MORA: DE UNA GRAVE LESIÓN AL LIDERAZGO
En medio de este proceso emerge la figura de Daniel Mora, delantero de 22 años que encarna el espíritu de resiliencia azulgrana. Formado en las categorías juveniles de Iberia, sobrevivió a los años difíciles del club y logró levantarse tras una dura lesión de ligamentos. Hoy, con la cinta de capitán en el brazo, se transforma en el símbolo del renacer.
Olivares destacó el valor del jugador para el proyecto. "Daniel presenta un buen nivel, es un jugador que conoce la interna del club, su historia y nos puede ofrecer una gran alternativa en ataque".
Para el plantel y la hinchada, Mora no solo es el líder futbolístico: es la prueba de que Iberia nunca se rinde.
EL SUEÑO DEL REGRESO
Mientras en la cancha se construye el equipo, en las oficinas los dirigentes no descansan. Tras recibir la confirmación de ANFA y de la Tercera División de que Iberia tiene prioridad para postular a la categoría, el directorio encabezado por Livio Silva trabaja en la documentación necesaria para cumplir con todos los requisitos cuando se abran las inscripciones a fin de año.
Elías Vistoso, presidente de la Tercera División, dio un espaldarazo al proyecto. "El Club Social Iberia tiene la prioridad para postular", aseguró.
El camino no será fácil. La Tercera B es una categoría áspera, donde la garra pesa tanto como la táctica. Pero Iberia confía en su historia, en su gente y en el trabajo meticuloso de su cuerpo técnico. El club angelino busca renacer, cual ave fénix, de las cenizas del pasado reciente para volver a ser protagonista en el fútbol nacional.
