Antonia Ramos es la principal carta del tenis regional que requiere más apoyo

Muchas veces esperamos que nuestros competidores y representantes nacionales tengan el mejor desempeño posible en cada una de sus disciplinas. Pocas son las veces en las que deportistas, como la pequeña Antonia Ramos, recibe la colaboración que requiere, y merece, una destacada y exitosa trayectoria como tenista.

Es la principal tenista de la octava región, e incluso sus padres, principales colaboradores y guías, se atreven a asegurar que “no hay nadie desde aquí hacia el sur que tenga el nivel de Antonia”.

Su carrera como deportista la inició a los 5 años, y hoy ya ostenta un gran número de trofeos locales, regionales y nacionales. Por lo pronto, la alumna del Liceo Alemán, viajó hasta Valdivia durante el fin de semana que recién pasó, y disputó el G2 de tenis para menores, donde se coronó campeona de la categoría sub 14.

Antonia Ramos, nacida en Estados Unidos, y criada en Chile, destaca su participación durante el campeonato en el que obtuvo el máximo de puntaje.

“En el campeonato hubo cerca de 50 menores que compitieron en varias categorías, y yo participé en la sub 14. Gané todos los partidos, y solo perdí un solo juego en el que el resultado quedó 6-1 a mi favor”, dijo.

Cada torneo entrega una cantidad de puntaje a los competidores de acuerdo a la importancia que tenga, y al resultado que obtenga en la competición. Sus aspiraciones son altas, pero está convencida en que lo logrará.

“Mi expectativa es estar entre las dos mejores este año. La gracia de esa ubicación es que te permite entrar a dos competencias. Uno que se llama ‘Cosat’, de la confederación sudamericana de tenis, y otro que se juega en Estados Unidos. Y yo quiero estar allí”, sostuvo.

Siempre se ha mantenido en los primeros lugares, de hecho fue primera a nivel nacional a los 10 años, y a los 11 años. En esta oportunidad, arrancó el año en la quinta ubicación, pero su ambición es más grande.

“Por una lesión bajé de posición, pero fui primera a los 10 y 11 años. De hecho, se pensó que tenía una fractura, pero fue un esguince grado tres, algo que también es complejo, por eso no pude competir durante varios meses, lo que fue clave para bajar desde los dos primeros lugares”, aclaró la joven tenista.

Su realidad familiar le permitió desarrollar su participación en el tenis durante todos estos años, pero a medida que pasa el tiempo, y se desarrollan más habilidades, se van haciendo necesarios otros tipos de aportes.

“Necesito apoyo para poder competir. Cuesta mucho poder viajar. Por ejemplo, para los Cosat se recorre toda Sudamérica, y cada parte a la que se va tiene un valor cercano al millón de pesos, entonces requiero del apoyo de las empresas locales para poder competir”, argumentó.

La joven promesa del tenis nacional, ha tenido tan destacadas participaciones que, no se iba a demorar mucho en recibir el llamado del entrenador de la selección chilena de tenis.

“Me llamaron desde la selección chilena, que lamentablemente no pude integrar producto de mi lesión, de hecho igual asistí a los partidos que definirían el equipo final que representaría a Chile, pero iba a ser muy difícil quedar. Físicamente no estaba a la par”, añadió.

UNA MAMÁ PREOCUPADA

Muchas veces los padres incitan a los hijos para que tengan dedicación exclusiva en los estudios, y son escasos los que fomentan el deporte. La madre de Antonia, Rosa Zapata, se mostró agradecida del establecimiento educacional de su hija, y destacó algunos colaboradores, aunque sabe que no son suficientes.

“Mi hija está becada en el colegio, son muy pocos los que lo están como deportista, por lo que ahí tenemos un poco más de recursos que podemos aportar a la actividad deportiva de Antonia. Ha habido algunos locales pequeños que han colaborado, eso no se puede desconocer, y de todos modos han sido importantes, pero para el momento actual ya se necesitan de empresarios con más recursos que nos puedan aportar. Es la principal tenista mujer desde la octava región hacia el sur, y eso podrían valorarlo”.

Han sido años complejos, pero cuando los padres también han tenido inculcada la pasión por el deporte, se hace mucho más fácil el desarrollo de aptitudes y habilidades de sus hijos. El caso de Antonia es de los pocos que ha tenido un proceso de apoyo y guía entre las pruebas académicas y las pruebas físicas.

“Al deporte nacional le faltan padres más comprometidos con sus hijos, para ayudar a desarrollar sus dotes. Por eso hoy en día el deporte está de capa caída, porque es más fácil continuar con lo tradicional, que fomentar o incitar a que los hijos aprendan a compatibilizar su vida académica con la deportiva”.

Además, Antonia Ramos es la única competidora que, estando en los primeros lugares, no tiene dedicación exclusiva al tenis. Su vida la hace entre las salas de clases, y la cancha de entrenamiento, lo que hace creer que su rendimiento sería mucho mejor si es que en Los Ángeles hubiese un colegio dedicado a los deportistas, y si la familia tuviese los recursos, propios o aportados, para incentivar, aún más, su participación deportiva.

PARA DESTACAR

Es sabido que el tenis es un deporte caro. Los costos que debe solventar la familia, para que Antonia pueda participar en competencias, son muy elevados. Solo en entrenamiento, de forma anual, gastan cerca de dos millones de pesos. A lo anterior, se deben agregar los costos que tiene la estadía en cada lugar. Según los padres, lo menos que han gastado en un viaje ha sido cerca de $500.000 pesos, sin contar peajes, bencina y alimentación.

Por lo pronto, Antonia debe prepararse para el torneo nacional, donde solo asisten los 30 mejores de Chile. Competencia que aspira ganar para recuperar terreno perdido, y volver a instalarse entre las dos primeras ubicaciones.

Inspirada en Serena Williams, cree perfectamente posible retomar pronto el nivel, junto al aporte de empresarios locales, algo que es muy beneficioso para el deporte de la provincia.