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La Tribuna

Regantes de Biobío anhelan conformar Junta de Vigilancia más grande de Chile

por Claudia Robles Maragaño

Congregaría a usuarios desde el lago Icalma y la laguna Galletué hasta la desembocadura del río Biobío.

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El

río Biobío recorre unos 380 km de longitud y posee una de las cuencas más

extensas del país. En la provincia de Biobío, la Asociación de Canalistas

Biobío Negrete trabaja desde hace un año en el desafío de conformar la junta de

vigilancia más grande del país, con el objetivo de dar vida en territorio de La

Araucanía y de Biobío a la organización sin fines de lucro.

La

nueva entidad, cuyo funcionamiento está considerado en el Código de Aguas, se

pretende conformar en el breve plazo, según el anuncio realizado por el gerente

de la Asociación de Canalistas Biobío Negrete, Juan Vallejos y el abogado

Santiago Acevedo, durante el matinal Conexión San Cristóbal.

Es una aspiración de los usuarios del

río Biobío desde hace muchos años. Hubo intentos fallidos por formar una

Junta de Vigilancia, que tuviera tuición sobre el cauce del río Biobío, sin

embargo hubo diferencias entre los usuarios lo que finalmente no permitió la

formación, dijo Juan Vallejos.

Agregó

hay que entender que por la longitud que tiene el río, por la diversidad de

usos del agua dentro de la cuenca del río, es complejo convocar a todos a

conformar una organización, argumentando que están convencidos de que es necesario

y fundamental para gestionar las aguas del río y sobretodo asegurar las aguas para

las futuras generaciones.

En

lo más próximo, se realizará una reunión el 14 de noviembre, a las 15,00 horas,

en el Liceo Agrícola El Huertón, instancia donde se espera congregar a los

usuarios del Biobío.

Es

uno de los proyectos más ambiciosos del país, aseveró el gerente de los

Canalistas.

SECCIONAMIENTO DEL RÍO

Las

Juntas de Vigilancia tienen por finalidad administrar y distribuir las aguas con

autorización de la Dirección General de Aguas, convirtiéndose en entidades sin

fines de lucro, compuestas por los propios usuarios, en este caso de la cuenca

del río Biobío, explicó el abogado Santiago Acevedo. Cada uno de los usuarios

tiene derecho a extraer una cantidad determinada de agua del río, considerando

distintos factores, como la sequía o la escasez, puntualizó, al agregar que

para ello se necesitan reglas objetivas, proporcionales con una comunidad

cohesionada para que esa distribución, sea la adecuada. Ese es el fin

primordial que establece para la Junta de Vigilancia nuestro Código de Aguas.

En

ese sentido, Juan Vallejos agregó que el Código de Aguas permite el

seccionamiento de los ríos, que considera dividir el río en tramos para formar

estas juntas de vigilancia, organizaciones que eventualmente pueden tener

tuición sobre un tramo del río y no sobre el río completo. Sin embargo, por

formación profesional y por convencimiento de la sociedad, las aguas deben

gestionarse de manera integrada, entendiendo que lo que pasa en la parte alta

de la cuenca afecta aguas abajo. Hay que entender que la mayor o menor

contaminación, va afectar a la parte costera.

El

abogado Acevedo agregó que acá no sólo está en juego la distribución sino que

la calidad, el abastecimiento de agua potable, la sustentabilidad de la cuenca,

proyectos que pudieran ponerla en riesgo, valorando la importancia de

conformar la junta de vigilancia, en colaboración entre el sector público y

privado. Si bien esta es una organización privada, ha sido el Estado a través

de la DGA y la Comisión Nacional de Riego, que han contribuido a generar esas

reglas y que abarquen la sustentabilidad como un todo, expresó. 

Argumentó

que resulta primordial organizar una Junta de Vigilancia, que tenga

tuición sobre toda la cuenca del río. Nuestra aspiración es tener tuición

desde el nacimiento del río hasta la desembocadura. Nuestra cuenca considera a gran

cantidad de población consumidora de agua potable en la parte baja. Entonces

todo lo que hacemos nosotros como agricultores y todos los usuarios que hay en

el río Biobío impactan sobre los usos en la parte baja de la cuenca, comentó.

En

esta instancia, los promotores de esta iniciativa excluyen por normativa legal

a la sub-cuenca del río Laja, que es el tributario más importante del río

Biobío, pero que de manera paralela están en un proceso de organización de su

propia junta de Vigilancia.

DESAFÍOS

Juan

Vallejos aseveró que el desafío es trascendente para la zona: estamos situados

en la principal cuenca productiva del país. Es la tercera cuenca más grande de

Chile, con más de 300 KMS de longitud y una multiplicidad de usos increíbles,

mencionando, entre otros, la generación hidroeléctrica, usos mineros en la

parte alta y consumo humano, en la parte baja pasando por las zonas de riego

más importantes del país.

Tenemos

la infraestructura hidroeléctrica más grande del país y el coordinar todo éstos

usos, sin duda, que es un desafío tremendo. Ya en pensar organizarlo, en una

sola Junta de Vigilancia, por su puesto que es un desafío, y eso nos motiva,

cerró.

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