Crónica Ciudadana

Peregrinos relatan cómo se vivió la multitudinaria festividad de la Virgen de la Purísima en San Carlos de Purén

La festividad religiosa nuevamente movilizó a familias completas, jinetes y caminantes que recorrieron kilómetros para agradecer a la Virgen y ser parte de una tradición que este año estuvo marcada por el llamado del obispo Cristian Castro a ser "peregrinos de esperanza".

El santuario se transformó en un punto de encuentro donde se cruzaron testimonios, promesas y agradecimientos., @DPRBiobio
El santuario se transformó en un punto de encuentro donde se cruzaron testimonios, promesas y agradecimientos. / FUENTE: @DPRBiobio

Cada 8 de diciembre, miles de devotos provenientes de distintas comunas de Biobío y del país, llegan hasta el Santuario de la Virgen en San Carlos de Purén para participar de una de las manifestaciones religiosas más tradicionales del sur del país.

Algunos viajan en vehículo, otros caminan largas distancias y un número importante lo hace a caballo, dando continuidad a una costumbre que en muchas familias se transmite de generación en generación. Más allá del recorrido o las dificultades, todos coinciden en un mismo propósito: agradecer, pedir y renovar la fe.

Entre quienes mantienen viva esta tradición está Nicolás Freire, joven del sector La Perla, quien desde niño participa en la peregrinación.

"Antes salía de Villucura y me echaba ocho horas a caballo", recordó. Hoy el trayecto es más corto —entre dos y tres horas—, pero su motivación permanece intacta.

"Es tradición de mi abuelo y de mi familia. Siempre venimos a pagarle manda a la Virgen. Yo estoy estudiando y me ha cumplido todo lo que le he pedido", relató Freire.

Nicolás llega acompañado de sus padres y de sus tres caballos: Coqueta, Rota Soñadora y Diluvio. "Me emociona la cantidad de gente y que no se pierda la costumbre de venir a caballo", afirmó.

La festividad también convoca a creyentes que llevan décadas asistiendo. Fredeslinda Villagrán, de Los Ángeles, viaja desde hace 40 años hasta San Carlos de Purén a visitar a la Virgen.

Villagrán relató que comenzó a acudir hasta el sector en tiempos difíciles; "vivía mal, tenía malas casas. Yo le pedí a la Virgen que me diera una casa y me dio un palacio", relató Fredeslinda. Desde entonces asiste fielmente a la misa del mediodía y a la procesión.

Aunque reconoció que tenía algunos problemas de salud, no deja de cumplir su promesa. "La Virgen es lo máximo. Sin ella no somos nada", expresó emocionada mientras su nieto la acompañó en esta ocasión.

La devoción también se transmite por herencia, como en el caso de Jessica Mella, de Santa Bárbara, quien mantiene la tradición familiar con sus hijos.

"Vengo a pagar manda, por salud y porque esté todo bien durante el año. Confío en la Virgen; gracias a ella me ha ido bien", comentó. Desde niña acompañaba a su madre y hoy es ella quien inculca la misma costumbre a sus hijos.

Otro de los peregrinos es José Luis Salazar, también de Los Ángeles, quien viaja a caballo desde hace 15 años. No inició por una situación particular, sino por el cariño al campo, a la vida huasa y al encuentro con otros jinetes.

"Para mí es tradición venir a saludar a la Virgencita. Soy creyente, y siempre se me ha cumplido lo que le he pedido", expresó Salazar.

Miles de peregrinos transformaron el santuario en un encuentro de devoción viva. / RRSS
Miles de peregrinos transformaron el santuario en un encuentro de devoción viva. RRSS

Para familias completas, la festividad es un punto de reunión espiritual y afectiva. Es el caso de Marina Riffo Guerrero, quien -cada año, desde la comuna de Quilleco- concurre hasta el santuario para visitar a la Virgen.

"Somos una familia unida; donde anda uno, andamos todos. Venimos para que la Virgen nos acompañe, nos siga uniendo y nos de tranquilidad", comentó Riffo.

Para otros, como Manuel Lagos, de Santa Bárbara, la visita es parte de la vida desde la infancia. "Estando con salud, vine a pagar la manda a la Virgen", señaló.

A diferencia de los jinetes, él llega en camioneta junto a su yerno e hijos, pero asegura que la emoción es la misma. "Es muy cumplidora. Yo confío en ella para tener un año más de vida y salud con mi familia".

La suma de todas estas historias configura el corazón de la celebración de la Virgen de la Purísima. Un espacio donde la fe se mezcla con el recuerdo, la gratitud y la esperanza y aunque cada persona tiene su propia razón para llegar hasta San Carlos de Purén, todas coinciden en algo: la Virgen cumple, acompaña y une.

Así, entre oraciones y promesas pagadas, la festividad se convierte cada año en un encuentro donde tradición y devoción continúan escribiendo la historia de una comunidad que no olvida su fe.

COMERCIO

En paralelo a la devoción, la fiesta también genera un espacio para que emprendedores y artesanos puedan ofrecer sus productos a los asistentes.

Marta Quezada, del sector La Isla, participó por primera vez con un puesto de mote con huesillos y bebidas y la oportunidad surgió porque se encontraba sin trabajo. "La gente aquí es muy solidaria; me ayudaron a instalarme", comentó Quezada.

Para ella, la festividad tiene un valor especial: el año pasado hizo una manda y llegó a caballo en memoria de un familiar fallecido. "Las dos experiencias son bonitas. Montar es lindo, pero ahora estoy enfocada en trabajar y salir adelante", detalló.

Entre los emprendedores destaca también Luis Benavides, proveniente de la comuna de Angol, región de La Araucanía, quien continúa una tradición que inició su padre hace más de 40 años: los clásicos caballitos de madera que encantan a niños y adultos.

"Antes se veían muchos, ahora no tanto. Por eso yo sigo la tradición, para que no se pierda", explicó Benavides. Aunque reconoció que no es un negocio especialmente lucrativo, lo mueve la costumbre familiar y el cariño de las personas. "Todavía hay gente que busca los caballos y los niños crecen tomándose fotos todos los años", explicó Benavides.

MENSAJE ECLESIÁSTICO

Con misas durante toda la jornada, la del mediodía de este lunes fue presidida por el Obispo de la Diócesis Santa María de los Ángeles, Monseñor Cristian Castro Toovey.

"Hoy hemos vivido una celebración profundamente significativa para nuestra diócesis. En esta solemnidad de la Inmaculada Concepción, quiero compartir con ustedes que somos, una vez más, peregrinos de esperanza. Llegamos a este santuario para ofrecer nuestro homenaje a la Virgen María, la ‘llena de gracia’, como la saludó el Ángel según escuchamos en el Evangelio", relató el Castro.

Durante la jornada, la invitación del Monseñor a los peregrinos fue "a detenernos y contemplar el rostro de María. En ella podemos vernos reflejados y, desde ese espejo, responder también nosotros con prontitud y generosidad a la voluntad del Señor. En el corazón de cada creyente late una esperanza que nos impulsa a buscar a Dios aquí en la tierra y a anhelar el encuentro pleno con él en el cielo", agregó el obispo.

De igual forma, resaltó que lo que más admiran de la Virgen es -justamente- su generosidad y prontitud para responder a Dios; "al mirar su rostro y el rostro de Jesús, deseo que también nosotros vivamos conforme a la voluntad divina y permitamos que esa voluntad se cumpla plenamente en nuestras vidas", puntualizó Castro.

DESPLIEGUE EN TERRENO

Durante el fin de semana, se realizó un amplio despliegue tanto de servicios públicos como de Carabineros en la localidad de San Carlos de Purén, garantizando así, la seguridad y el normal desarrollo de la celebración.

Según detalló el delegado presidencial provincial de Biobío, Javier Fuchslocher, más de 7 mil peregrinos llegaron al sector para ser parte de la festividad de la Virgen de la Purísima, participando tanto de las actividades religiosas como culturales propias de esta histórica celebración para la provincia.

Por lo mismo, ante la alta afluencia de peregrinos, la Delegación Presidencial Provincial coordinó un trabajo interinstitucional de seguridad, junto a servicios públicos, municipio y Carabineros, para resguardar el orden, la atención sanitaria y el normal funcionamiento del evento.

"Como Gobierno reforzamos nuestra presencia en terreno para acompañar a la comunidad en esta festividad tan significativa", relató Fuchslocher.

De igual forma, agradeció el trabajo coordinado de los servicios y de Carabineros, "lo que permitió que miles de personas pudieran participar de manera tranquila y segura", recalcó la autoridad.

"Gracias a la coordinación intersectorial, el balance es positivo y pudimos mantener condiciones de seguridad adecuadas para todos", detalló el oficial de Carabineros.




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