Crónica Ciudadana

Recorrerá más de 1.300 kilómetros para volver a casa: comunidad copiapina despide con cariño a "Nanito"

Tras más de 15 años lejos de la provincia de Biobío, Alejandro volverá a su tierra natal para ser sepultado cerca de su familia.

Recorrerá más de 1.300 kilómetros para volver a casa: comunidad copiapina despide con cariño a Nanito, Diario La Tribuna
Recorrerá más de 1.300 kilómetros para volver a casa: comunidad copiapina despide con cariño a "Nanito" / FUENTE: Diario La Tribuna

Más de 1.300 kilómetros separan las comunas de Copiapó y Nacimiento.

Ese será el extenso viaje que deberá realizar el carro fúnebre que este jueves traerá los restos de Alejandro Villagrán Salinas, conocido por la comunidad copiapina como "Nanito", para cumplir el anhelo más profundo de su madre: que su hijo sea sepultado en su tierra natal, rodeado de los suyos.

Alejandro falleció hace más de 10 días en el norte del país a raíz de graves complicaciones de salud que no pudieron ser tratadas a tiempo. Todo eso, tras vivir más de 15 años alejado de la provincia de Biobío y mantener escaso contacto con su familia.

Durante el último año, su madre, Cecilia, prácticamente no había tenido noticias suyas. La distancia, el silencio y las vueltas de la vida los habían separado, pero el cariño de su familia nunca se extinguió. Y fueron justamente esos lazos invisibles, los del amor y la memoria, los que hicieron posible que Nanito pueda volver a casa.

El reencuentro será póstumo, sí, pero no por eso menos lleno de sentido.

LA NOTICIA QUE NADIE QUERÍA RECIBIR

La familia de Alejandro se enteró de su fallecimiento gracias a la solidaridad de quienes compartieron con él sus últimos años en Copiapó.

Fueron los locatarios del strip center donde trabajaba, en la esquina de Los Carrera con Pedro de Valdivia, quienes —movidos por el aprecio y la preocupación— se encargaron de buscar a su familia tras encontrarlo sin vida en el pequeño ruco donde vivía.

"Hace 15 años que él se fue. En el último año no sabíamos nada de él. Fue una señora que lo conocía allá quien nos ayudó a contactarnos y nos dio la noticia", contó Magdalena, hermana de Alejandro.

A partir de ese momento, comenzó una carrera contra el tiempo para lograr el traslado de su cuerpo. Su madre, con apoyo de su familia, difundió un mensaje simple, pero poderoso en redes sociales: quiere que su hijo descanse en Nacimiento, junto a su padre, quien también falleció hace solo unos días. Y ese deseo logró movilizar a dos comunidades distantes por más de 1.000 kilómetros, pero unidas por la empatía, el cariño y el respeto.

UNA COLECTA PARA CRUZAR CHILE

En Nacimiento, la necesidad de reunir cerca de $2 millones para devolver el cuerpo de Alejandro se volvió viral. La noticia tocó fibras profundas y desde agrupaciones sociales hasta vecinos y familiares hicieron sus aportes y ayudaron a difundir la campaña por redes sociales.

Paralelamente, en Copiapó, gracias a la colaboración de Pamela Vásquez, vecina y periodista del Diario de Atacama, Diario La Tribuna tuvo conocimiento de que quienes lo conocieron como "Nanito", "el sureño" o simplemente "Alejo" también hicieron lo suyo.

En la pescadería Salada Fish, la botillería vecina El Fogón y los otros locales donde Alejandro pasaba sus días ayudando a adultos mayores o cuidando autos, aparecieron cajas con su fotografía y flores.

Las donaciones comenzaron a llegar. Cada aporte, grande o pequeño, fue una muestra de gratitud hacia ese hombre silencioso que se volvió parte del paisaje urbano y del corazón de muchos.

"Por lo menos estuvo unos seis o siete años acá. Siempre fue cariñoso con la gente, ayudaba a los abuelitos cuando venían a comprar. Era muy atento y querido. Cuando falleció, todos preguntaban por él. Se le echa de menos", comentó Jaime Casanova, dueño de la botillería El Fogón.

UNA DESPEDIDA COMPARTIDA

Este jueves, Alejandro llegará finalmente a Nacimiento. Su cuerpo será recibido por familiares, vecinos y amigos que lo esperarán en el Cementerio Taboleo para despedirlo como lo que fue: un hijo que vuelve, aunque sea tarde, al lugar donde comenzó su historia.

Descansará junto a su padre. Y aunque la vida les negó un reencuentro en este mundo, el destino les dará ahora la posibilidad de compartir eternamente el mismo suelo.

Alejandro dejó su impronta en todos aquellos que lo conocieron. Vivió mucho tiempo de su vida lejos de los lujos, la comodidad y su familia. Pero tuvo algo que pocos logran: ser recordado con cariño sincero por quienes lo vieron cada día, quienes recibieron su ayuda desinteresada y quienes hoy lo lloran sin haber compartido lazos de sangre.

En Copiapó lo despedirán como un vecino querido y en Nacimiento lo recibirán como un hijo que, después de muchos años, vuelve al fin a casa.




matomo