Crónica Ciudadana

Abandonada y criada por su tía de 10 años: angelina se reencontró con su padre gracias a labor de Carabineros

A sus 44 años, y con la colaboración de la Oficina de Integración Comunitaria, logró ver el rostro de su padre por primera vez desde la infancia.

Abandonada y criada por su tía de 10 años: angelina se reencontró con su padre gracias a labor de Carabineros, Diario La Tribuna
Abandonada y criada por su tía de 10 años: angelina se reencontró con su padre gracias a labor de Carabineros / FUENTE: Diario La Tribuna

 Un reencuentro inesperado, tras décadas de silencio y ausencia, marcó la vida de Joana Silva Pérez.

Joana fue abandonada por sus padres cuando tenía solo dos años. Desde entonces, fue acogida y criada por su tía Lidia Pérez, quien asumió ese rol a una edad increíblemente temprana: con apenas 10 años.

"Él se fue, porque dijo que se iba a con otra señora. Mi hermana también se fue y la dejó sola. Entonces yo me hice cargo. Tenía apenas diez años cuando mi hermana dejó a mi sobrina", relató Lidia.

"Yo la crié como si fuera mi hija", agrega con ese orgullo silencioso de quien dio más de lo que tenía. Desde entonces, Joana fue su hija en todo menos el papel.

La relación entre ambas trascendió al de cualquier vínculo biológico directo. Para Joana, Lidia es su única madre. "Siempre ha estado para mí. Es la que queda", afirma.

MOTIVACIÓN FAMILIAR

Madre de tres hijos —de 30, 19 y 5 años—, Joana creció con preguntas sin respuesta. Fue la inquietud de sus propios hijos lo que la impulsó a reabrir esa puerta cerrada desde su niñez.

"Ellos querían conocer a su abuelo, saber quién era", cuenta.

Hace 12 años, cuando la Oficina de Integración Comunitaria aún no existía, intentó iniciar una búsqueda, pero no obtuvo apoyo. Le sugirieron buscar a una hermana. La encontró, pero no logró hallar más pistas de su padre.

Ya en 2024, Joana acudió nuevamente a Carabineros. Esta vez, su historia conmovió a la encargada de la OIC, Jocelyn Paredes, quien activó un protocolo de búsqueda. Gracias a ese trabajo, se localizó a su padre, Roberto Silva, quien reside actualmente en Río Negro, en la región de Los Lagos.

La distancia física impidió un encuentro presencial, pero no detuvo el contacto. Mediante una videollamada, padre e hija se vieron nuevamente después de 32 años.

"Ahora tiene más familia, don Roberto, tiene tres nietos", expresó el suboficial mayor Andrés Mancilla, mientras Joana luchaba por contener las lágrimas al ver el rostro de su padre.

"Estoy muy emocionada porque no me acordaba de él, de su cara, de nada. Fue emocionante volver a verlo después de 32 años. Nos compartimos el número para seguir en contacto", relató.

HISTORIA DE AUSENCIAS

Este reencuentro no es solo el cierre de un ciclo personal, sino que también un homenaje a todas las mujeres que crían, cuidan y sostienen sin pedir nada a cambio.

Porque, en paralelo al abandono, hubo también una historia de profundo compromiso maternal que mantuvo a Joana a salvo, amada y acompañada.

"Ella es una hija más. Siempre me ha acompañado y he estado para ella. Yo tengo dos hijos aparte, pero ella es la que queda", dijo Lidia, con emoción contenida.

En la comisaría, el ambiente era de emoción. "Nos sentimos felices de haber sido el puente. A veces se logra, a veces no. Pero cuando se logra, es hermoso", expresó el suboficial Mancilla.

Joana no sabe qué vendrá ahora. Su padre prometió visitarla. Pero, por ahora, haber conversado ya es un logro inmenso para ella. "Ponerle cara a la ausencia ya es paz", concluyó.




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