"Hola, mi nombre es Samantha y tengo 10 años y mi sueño siempre ha sido tener el pelo como Rapunzel". Así comienza la historia de Samantha, una niña de diez años que, a pesar de su corta edad, ha demostrado una madurez y una voluntad para cumplir una promesa que nació de ella misma.
A sus nueve años, Samantha Monsalve no imaginaba que su vida daría un giro tan profundo y significativo. Siempre había soñado con tener el cabello largo, como la princesa Rapunzel, un deseo que alimentaba con cada día que pasaba, mirando su largo cabello castaño que ya superaba el metro de largo.
Era su tesoro, pero todo cambió cuando a su tía, una figura fundamental en su vida, le diagnosticaron cáncer de pulmón. Esta enfermedad afectó a su tía, quien comenzó un tratamiento de quimioterapia que traería consigo la pérdida de su cabello.
En medio de la tristeza que embargaba a la familia, Samantha, con la inocencia propia de su edad y el corazón lleno de amor, decidió hacer algo especial.
Aunque la niña nunca había considerado cortar su largo cabello, esa promesa nacía de una profunda empatía. Sin embargo, la tía de Samantha falleció antes de perder su cabello, dejando un vacío en la vida de la niña. La pérdida familiar y promesa la marcaron profundamente. Pero fue precisamente esta pérdida la que alimentó aún más la determinación de la pequeña.
Al cumplir diez años, Samantha recordó su promesa y, en un acto de profundo amor y gratitud, decidió cortar su cabello y donarlo a aquellos niños y adultos que, como su tía, luchan contra el cáncer.
"Como a ella le había prometido que le iba a donar mi pelo, decidí donar el mío a las personas que tienen cáncer en honor a ella", señaló.
Una decisión que conmovió a su familia, y que, con el tiempo, ha tocado los corazones de todos aquellos que han oído su historia.
FALTA DE INFORMACIÓN
A pesar de su noble gesto, el camino hacia la donación no ha sido sencillo. En su búsqueda por cumplir su deseo de ayudar, Samantha ha encontrado dificultades para hallar un lugar en Los Ángeles que facilite el corte de cabello destinado a este tipo de donaciones.
En ese proceso, la familia de Samantha se contactó con la ONG angelina Fuerza Rosa, para pedir colaboración en esta obra solidaria que la pequeña deseaba realizar hace más de un año.
Jéssica Matamala Brito, cofundadora y presidenta de Fuerza Rosa, comentó a Diario La Tribuna que si bien ellos no tienen injerencia en ese tipo de donaciones, ayudaron a gestionar el corte y donación del cabello para la familia.
"Fuimos un peldaño más en esta cadena, lo que nos parece fantástico. Fuerza Rosa no tiene injerencia en el proyecto, no somos parte de él, pero obviamente ayudamos a concretar que las personas que quieran hacer ese tipo de donaciones, las puedan concretar", señaló.
Se refirió al proyecto liderado por Emma Céspedes, que reúne cabello para la confección de pelucas y que retomarán en marzo (pues la iniciativa estaba en reestructuración) para que más personas puedan realizar acciones de ese tipo.
Jéssica Matamala planteó que "a nosotros nos gustaría que más estilistas se sumen a recibir el cabello de sus clientas, siguiendo las indicaciones de cómo cortarlo para ser donado. Así, se pueden comunicar con nosotras y, a su vez, lo hacemos a quien lleva a cabo el proyecto".