Agroforestal

La líder de la renovación en la uva de mesa

La reconocida asesora Carolina Cruz Vargas, fundadora y presidenta de Uvanova, hace algunas semanas fue elegida como vicepresidenta de la Sociedad Nacional de Agricultura y se perfila como referente de la renovación frutícola chilena. " Con una mirada optimista, que busca potenciar las ventajas de Chile como un proveedor experto y sustentable de uvas, proyecta que es clave redefinir esta industria e impulsar la participación de las mujeres en todo el agro y sus gremios.

Uva de mesa Chile
Uva de mesa Chile / FUENTE: Diario La Tribuna

Con una trayectoria de más de dos décadas como asesora de uva de mesa, que comenzó en Copiapó y ha extendido a toda la zona productora de esta fruta, hasta la VI Región, la ingeniera agrónoma Carolina Cruz Vargas recuerda que siempre quiso dedicarse al campo porque le gustaba la biología y su familia estaba ligada a las uvas en el valle del Aconcagua, en una época que recién despegaba la industria frutícola chilena y las mujeres ocupaban pocos puestos en las salas de la Universidad Católica de Valparaíso. 'No más del 10% eran mujeres en esa época, en los años 80, pero la brecha de género en la carrera se ha acortado mucho y hoy representan en torno al 40% de los titulados... En mi familia, si bien había muchos primos agrónomos, al principio me apabullaban. Fue mi mamá quien siempre me vio como una mujer agrónoma y fue un soporte importante en mi decisión', dice.

El respaldo de su madre no es un recuerdo trivial. Carolina Cruz explica que su apoyo ha sido determinante para sentirse segura de sus capacidades y atreverse a tomar nuevos desafíos, como crear y liderar el grupo de investigación y desarrollo Uvanova, donde ha sido presidenta durante nueve años; pasar a ser parte del Consejo Directivo de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), en 2021; y hace algunas semanas convertirse en la segunda vicepresidenta de ese gremio, el más importante para el agro en el país, donde a pesar de que la participación femenina en el consejo ha aumentado en los últimos años, solo llega al 13%.

'Nadie te estimula más que otra mujer y, en mi caso, ese empuje fue mi madre. Hoy quiero que mi ejemplo sirva para abrir camino a otras mujeres y que vean que cada vez tiene menos cuotas de sacrificio', dice.Su compromiso con el sector y su profesionalismo como asesora en la uva de mesa son reconocidos transversalmente en el agro, además de su aporte al ámbito gremial desde una mirada práctica.'

Carolina Cruz se destaca por sus capacidades técnicas, sus cualidades humanas, su cercanía con los agricultores y por ser una asesora tremendamente práctica, y creo que ha hecho un enorme aporte a la industria de la uva de mesa. En los directorios habla poco, pero dice mucho, y creo que su conocimiento técnico y de la realidad del productor de fruta hace que su aporte al directorio sea muy potente... No tiene techo en cuanto a dónde puede llegar como dirigente gremial, porque tiene todas las condiciones para liderar este gremio o cualquier otro', recalca Antonio Walker, presidente de la SNA y exministro de Agricultura.

En el área profesional, además, hoy asumirá como gerente agrícola de Westfalia Chile —empresa que en 2018 concretó un joint venture con la exportadora Agricom, conocida principalmente por las paltas y cítricos, y que en 2020 adquirió su propiedad total—, por lo que dejará las asesorías independientes y ampliará su aporte a otras especies.'Estar en un cargo de esta índole en una multinacional que no solamente tiene que ver con la uva de mesa, sino que también con otras frutas, abre un abanico de posibilidades y es para mí una tremenda oportunidad y desafío', asegura.

Crear puentes

Recuerda que hace casi diez años, al participar en un grupo de estudio de la uva de mesa formado con otros asesores e investigadores, comenzaron a notar que la industria se complicaba para Chile, con la incipiente aparición de otros países productores y la pérdida de competitividad, por lo que decidieron formar Uvanova, un grupo de investigación y desarrollo que se ha convertido en un referente para la industria, el cual preside desde sus inicios.

'Los que estábamos ahí le debíamos a la uva de mesa nuestro proyecto de vida y por eso decidimos liderar la reingeniería necesaria para que las uvas chilenas puedan mantenerse en su lugar. Nos dedicamos principalmente a ser un puente para superar las barreras que existen, mediante la extensión y difusión de los conocimientos, porque veíamos que en Chile no había una entidad que fuera el brazo técnico de la industria', dice.Uno de los hitos para Uvanova fue la organización del IX Simposio Internacional de Uva de Mesa en 2020, en Santiago —pocos días antes de la llegada del covid a Chile—, donde participaron investigadores y expertos de más de 12 países y que recién se podrá retomar este año en Sudáfrica.

'Fue un éxito enorme y creo que ha sido uno de los grandes eventos que ha tenido la industria frutícola en Chile', dice Carolina Cruz.'Uvanova llegó para ordenar y dar las grandes líneas de futuro de la uva de mesa en la producción, manejos y renovación varietal, y han tomado un liderazgo en analizar el sector a través de seminarios, donde se destaca particularmente el liderazgo de Carolina Cruz', asegura Jorge Valenzuela, presidente de Fedefruta.

De hecho, en 2020 el Colegio de Ingenieros Agrónomos la reconoció con el premio Roberto Opazo por su aporte gremial, ya que desde sus inicios como asesora ha organizado seminarios y encuentros en torno a la uva, además de desempeñarse como profesora auxiliar de viticultura en la Universidad Católica de Valparaíso.

'Se ha convertido en un referente en la coordinación de eventos de alto impacto en pro del negocio de la uva de mesa. Gracias a su liderazgo se ha fortalecido la colaboración entre los actores de la industria, impulsando su desarrollo y competitividad', dice Jorge Wicha, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos. Mirando a mediano plazo, luego de las dos complejas temporadas que enfrentó la uva de mesa entre 2020 y 2022 —debido a las lluvias de enero de 2021, que afectaron fuertemente la producción de la zona central, y a la crisis logística del año pasado, que aumentó los costos y dificultó la buena condición de llegada de la fruta—, Carolina Cruz cree que es un buen momento para redefinir el rol que tendrá Uvanova. 'No nos basta con decir que somos un grupo que se dedica a la extensión, sino que queremos ser una fuerza cocreativa, coorganizativa y con una mirada crítica a futuro, pero plasmada en datos y analítica para fortalecer a esta industria', plantea.También adelanta que, luego de nueve años, dejará la presidencia de Uvanova en las próximas semanas, donde asumirá Rafael Rodríguez, y entre los nuevos planes está convocar a socios que no solo sean asesores, sino que también a productores, técnicos agrícolas y empresas agroquímicas que hacen investigación.'En estos años me he dado cuenta de que lo que más necesitamos, más que conocimientos y doctorados, es amor y pasión por las uvas... Cuando hay una crisis, el análisis y ver dónde se puede aportar para salir es muy necesario, y una vez que hagamos bien los diagnósticos y tengamos una percepción real de dónde podemos ver la salida, la idea es llevar ese mensaje a la SNA, al Ministerio de Agricultura, para que apoyen iniciativas para los productores. Queremos seguir siendo un puente', proyecta.

Abrir caminos

A fines de los 80, Carolina Cruz dice que era muy dinámico el mercado laboral para los agrónomos y que, en pleno boom frutícola, comenzó su carrera administrando un campo y luego trabajando durante once años en la exportadora Fisher South America, donde se especializó en la uva de mesa, para luego dar un salto como asesora independiente en Copiapó. Algo que al comienzo no fue fácil.'Cuando me inicié e incluso ahora, no hay muchas mujeres que se dediquen a las asesorías. En la uva de mesa yo era la única y era muy difícil generar credibilidad con los productores, tener la expertise y seguridad. Fue un camino de mucho esfuerzo y trabajo', asegura, y resalta el apoyo que recibió de empresas como Cabo de Hornos y Agrícola Bauzá, y de Agrícola Brown al avanzar a la zona central, quienes la ayudaron a validar nuevas tecnologías para la uva, como el uso del sistema Open Gable en vez del tradicional parrón español en la conducción de los huertos.Por sus constantes salidas a terreno, comenta que ha sido clave el apoyo de su marido, el ingeniero agrónomo Constantino Kukulis, y sus dos hijos, y reconoce que no fue fácil combinarlo con su rol de madre.

'Lo primero que preguntaba cuando entraban a clases era cuándo celebraban el Día de la Madre, porque siempre me tocaba que no iba a estar, pero no hay éxito sin sacrificios ni logros sin compromiso. No hay crecimiento si no lo pasaste mal alguna vez', plantea Carolina Cruz.Por eso, cree que es fundamental ganar espacios para la participación de las mujeres, especialmente en el sector agrícola, y es algo que está impulsando al participar de la Comisión de Equidad de Género del Colegio de Ingenieros Agrónomos, ya que considera que los liderazgos femeninos son transformadores.'A las mujeres nos cuesta mucho ganar espacios, porque tenemos que demostrar que sabemos, que pensamos racionalmente y que somos capaces de generar estrategias. Entonces, hay que ser muy cuidadoras de no ser utilizadas... Yo creo mucho en los liderazgos horizontales y en la diferencia positiva que podemos hacer las mujeres en puestos que tengan influencia, donde aportamos al clima laboral, a incorporar metas diferentes, con menos competitividad y más apoyo', afirma.Su participación en el consejo y directorio de la SNA dice que ha sido una experiencia gratificante, pese a que es un gremio que se percibía como cerrado y machista.

'Me siento muy integrada al equipo, hay un respeto y una voz que es escuchada, y creo que este acercamiento a tener más mujeres va a ser un tremendo aporte a los gremios. Necesitamos tener esta mirada y una canalización de las actividades donde las mujeres podemos aportar', recalca, y añade que otra señal positiva ha sido aumentar la apertura de la SNA hacia las regiones con más visitas en terreno.

Repensar las uvas

Pese a que la última temporada para la uva de mesa chilena dejó la sensación de una vuelta a la normalidad, Carolina Cruz estima que al sector le tomará al menos dos años volver a pararse en términos económicos, tras las dos difíciles campañas anteriores, y —con una mirada optimista— plantea que es un buen momento para rediseñar la industria.En el seminario de la SNA sobre cómo viene la temporada, realizado en junio, en su presentación instó a los exportadores a pensar en nuevas estrategias de comunicación y marketing para presentar las ventajas que tienen las uvas chilenas por su sabor y las condiciones ambientales y laborales de la producción local, para vender más que una caja de fruta.

'Quiero saber quién va a ser el primer exportador que le va a poner a su caja ‘sublime obsesión'. Sublime porque la uva tiene un sabor que lo va a llevar al cielo, y obsesión porque no va a poder dejar de comerlas. Son esos los eslóganes que tenemos que rescatar para nuestro país', plantea.También advierte que hoy es necesario reordenar la industria y hacer un análisis de las zonas y variedades con las que se puede alcanzar el mejor sabor y condición para las uvas, para centrarse en la calidad y no en el volumen.' Tenemos que centrarnos en el producto, eso se nos perdió. Somos un país que avanza en sustentabilidad, que va hacia la carbono neutralidad, que respeta la mano de obra y hace esfuerzos por comprometerse con la naturaleza. Con toda la historia que tiene Chile en la uva de mesa, nos falta agregar todo eso a nuestro producto y potenciarlo', asegura.

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