Responsabilidad compartida

Al inicio del año escolar comienza una serie de ocupaciones que abultan la jornada diaria, tanto de los alumnos como de sus padres y apoderados, como de los funcionarios que trabajan en los establecimientos educacionales: tareas, pruebas, horarios, colaciones y traslados.

Una vez que los niños están fuera del hogar, ya sea en clases en el mismo establecimiento o fuera de él, se comienzan a generar una serie de inquietudes respecto a la seguridad y confortabilidad de los pupilos y pupilas.

El primer impulso es desconfiar de todo y de todos, entregando una serie de instrucciones a los mismos pequeños respecto al autocuidado, situación que es del todo correcta, pero que también tiene otro efecto, que es hacer crecer el temor, por lo que los comportamientos se pueden ver resentidos respecto a las relaciones con sus pares y adultos.

En cambio, existen otros adultos que prefieren y promueven la confianza, sin delimitar acciones o tampoco advertir claramente cuáles son los comportamientos de adultos que podrían revestir peligro para ellos.

Como todo extremo trae consecuencias negativas, es necesario que tanto los adultos como los establecimientos educacionales –públicos y privados– establezcan un compromiso de educar y también entregar las herramientas para que los interesados puedan investigar quiénes están trabajando con sus hijos.

Es por ello que el registro de personas inhabilitadas para trabajar con niños por condenas por delitos sexuales se transforma en una herramienta real y concreta para mantener un grado de confianza con el medio en que se educan los niños y jóvenes.

Hay que dejar en claro que la responsabilidad es compartida, no tan sólo del establecimiento, sino también de los padres y apoderados, ya que la tecnología está a la mano y visitar una página web en estos tiempos está cada vez más al alcance de la mano.

Asimismo, ante cualquier sospecha de comportamientos inusuales, los profesionales del área de la salud y de las policías son los primeros organismos a los que debemos aportar la preocupación para verificar situaciones de peligro.