San Rosendo y sus autoridades

La comuna de San Rosendo, es una hermosa localidad de gente trabajadora y con un pasado histórico ligado al rubro ferroviario que además, se ve representada en el folclor nacional con “la Carmela”, características que no pasan inadvertidas en ningún lugar del país. El sanrosendino es orgulloso de su tierra.

Este año, como medio, hemos podido estar atentos a grandes trabajos en materia de desarrollo, cultura y avances sociales de dicha comuna. En mayo, los acompañamos con el gran proyecto “Trenzando” que visitó este territorio con un dispositivo cultural itinerante que se instaló en la antigua estación de trenes. A fines del mismo mes, los estudiantes de la Escuela Callejones, destacaban a nivel regional por su excelente resultado en la prueba Simce, que los ubicó por sobre decenas de establecimientos de todo el Biobío, dando muestra de un gran trabajo educacional.

En agosto, conocimos que por primera vez, San Rosendo fue beneficiado con un proyecto de pavimento participativo y en septiembre, le presentamos a la comunidad los avances en materia urbanística que son un hito en dicha localidad. Empuje de las autoridades locales y también de los gobiernos que se interesan en desarrollarla.

Para qué decir en materia deportiva, pese a ser una comuna pequeña, tiene grandes promesas que ponen el nombre de San Rosendo en distintos lugares del país y del mundo.

Sin embargo, y con mucha lástima, todo se va por la borda,  cuando quienes tienen la responsabilidad de dirigir los destinos de una comuna o un área de ella, actúan de manera poco correcta, como sucedió con el jefe del Daem. El comportamiento de la autoridad, enloda todo el trabajo del municipio y de la comunidad por mostrarse positivamente ante la opinión pública.

El alcalde Rabindranath Acuña, al menos, no actuó como otras autoridades del quehacer político, y salió a condenar y ordenar una investigación para que se aclaren los hechos. Perjudicar la imagen de una comuna que lucha por no desaparecer, no puede ser tomado a la ligera. Bien ahí la autoridad municipal.

Cualquier persona pública, debe extremar los cuidados de su vida. Tiene que comportarse a la altura de la responsabilidad que la comunidad necesita y por supuesto, realizar su trabajo con el mayor profesionalismo posible. No se puede prestar una celebración, en una institución pública – que nadie dice que no se haga - para que el jefe del departamento, salga en condiciones vergonzosas a la calle y peor aún, a conducir un vehículo. ¿Y si hubiera matado a alguien en su irresponsabilidad?

La probidad y el respeto al cargo, se ve en estos hechos. Ya pasaron esos tiempos en que estas situaciones eran anecdóticas, humorísticas o donde alcaldes o autoridades, tenían que ser cuidados por sus funcionarios y/o amigos, cuando se pasaban de copas. Hoy, la sociedad condena estos actos y no tolera la deshonra.

Como lección, entendamos que los cargos públicos, ya sean de elección popular o designados por otra autoridad, deben ser ejemplos vivos para sus pares de buena educación, trabajo bien hecho y honorabilidad.