Un arma en la casa, un cuidado más

Durante la madrugada del martes, un hecho causó conmoción en Los Ángeles y que se enmarca en las ya tan polémicas discusiones en cuanto al uso de armas de fuego por parte de personas que las tienen en defensa propia.

En esta ocasión, quien perdió la vida es un antisocial que se prestaba a robar una vivienda en el sector de Paillihue.

Si bien, el dueño de la casa asaltada quedó en libertad por haber actuado en defensa propia, lo cierto es que nuevamente el problema está latente.

Lo primero es lo subjetivo de la ley y es que puede ser interpretable en distintos sentidos.

Propiamente, la legislación dice que el artículo 10 número 4 del Código Penal establece lo que se llama la legítima defensa propia. Señala que están exentos de responsabilidad criminal “el que obra en defensa de su persona o derechos, siempre que concurran ciertas circunstancias”. Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla.

Las circunstancias son: agresión ilegítima; necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla; y falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.

Lo anterior y dependiendo de lo que considere un juez, podría definir si es o no legítima defensa.

Sin lugar a dudas la situación ya es polémica y es que al mismo tiempo no muchos simpatizan con el hecho de portar armas de fuego en las viviendas, sobre todo considerando que los requisitos para tener una a veces parecen ser escasos considerando quien las tiene.

Manipular un arma no es sencillo y los riesgos que pueden tener son altos, más si no se tiene la expertiz.

Asimismo, no son pocos los casos de accidentes que han ocurrido por descuidos y que terminan en menores utilizando armas.

Por lo mismo, más allá de lo que imponga la ley siempre es importante mantener precaución con estos elementos y es que cualquier mínimo error puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.