Más de 800 niños de la provincia no van al colegio

Imagínese el ruido de una campana un día lunes a las 8 de la mañana. Sin decir más, inconscientemente, a la gran mayoría,  se le viene a la mente un colegio, escuela o liceo con los niños ingresando a clases.

Este escenario, que se considera parte de la rutina normal de todos los niños, en realidad y lamentablemente no se da para todos. Esto porque en la provincia de Biobío hay un gran número de ellos que no están recibiendo su derecho humano a la educación (Nº 11 “Derechos Humanos de Niños y Adolescentes”).

En la provincia de Biobío son 822 niños los que no están asistiendo hace más de dos años a algún establecimiento educativo y que, por lo tanto, no son reconocidos por el sistema y están catalogados como desertores.

A nivel regional son 2.659 que también están en esta situación.

Para contextualizar, el derecho del niño a la educación dice relación a que es importante tener claridad que corresponde preferentemente a los padres el derecho y el deber de educar a sus hijos, y al Estado, el deber de otorgar especial protección al ejercicio de este derecho y, en general, a la comunidad, el deber de contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de la educación.

Asimismo, la educación básica y media son obligatorias, debiendo el Estado financiar un sistema gratuito destinado a asegurar el acceso equitativo, inclusivo y sin discriminaciones arbitrarias a ellas de toda la población, así como generar las condiciones para la permanencia en el mismo de conformidad a la ley.

En entrevista con La Tribuna FinDe, el seremi de Educación del Biobío, Fernando Peña, analizó esta situación en la zona, además de cómo la cartera trabaja para disminuir este escenario para que se cumpla el derecho a la educación. “Esto es una realidad a nivel nacional, y obviamente una urgencia social que a nosotros a nivel regional también nos preocupa”.

A ello, agregó que en esta situación, “básicamente lo que nosotros hacemos son dos cosas, y depende también obviamente de la naturaleza de la deserción”.

Hay quienes, por ejemplo, en el caso que no existan tutores familiares a cargo, como puede ser el caso de los niños del Sename, ya sean infractores de ley o vulnerados, que por resolución judicial fueron traspasados a estos centros, “esos niños obviamente, al estar a cargo del Estado, este tiene la obligación y el deber de asegurar el derecho a la educación, de la misma forma en que un padre o una madre o un tutor, familiar responsable, tiene también la obligación y el deber de asegurar este derecho”, manifestó Peña.

Del mismo modo, recalcó que “así está consagrado no sólo en nuestra Constitución, sino que también en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, a la cual Chile se adscribió en los años 90, y que obviamente, le da a todos los niños del país el derecho a recibir una educación en el sistema escolar, y a la vez esto obliga al Estado a entregar y proveer ese servicio”.

LAS MODALIDADES

Es importante tener claridad que en el sistema escolar se reconocen dos modalidades; la regular, considerada como la educación tradicional en la que los niños asisten constantemente al colegio, y la flexible, que incluye la enseñanza desde la casa.

Un ejemplo de esto, es la modalidad Home School, que ha ido adquiriendo cierto predominio, es una tendencia cada vez más instalada, “pero que básicamente se circunscribe también a otras distintas maneras que ofrece el Ministerio de Educación dentro de las modalidades de exámenes libres y de convalidación de estudios, por lo tanto, nosotros desde la cartera tenemos instancias y espacios para que los alumnos que se encuentran como desertores, puedan retomar sus estudios y concluir de manera exitosa el ciclo escolar”, explicó el seremi.

A lo que añadió que si ellos rinden los exámenes se les reconoce el nivel al cual ellos están egresando, por lo tanto no están considerados dentro de ese grupo.

De esta forma, Fernando Peña aclaró que “los niños que estudian en la casa con el sistema Home school, no son desertores, ellos, si bien, no están escolarizados, están cumpliendo con la modalidad de exámenes libres, por lo tanto, no están dentro de esa categoría”.

Detallando que la calidad de desertores son básicamente  aquellos alumnos que por más de dos años seguidos no registran movimiento en el Ministerio de Educación, y eso incluye la modalidad regular como todo el resto de las categorías flexibles.

TRABAJO EN RED, MONITOREO Y RETORNO

Consultado acerca de la forma en que el Estado fiscaliza y se asegura que los niños no queden fuera del sistema, el seremi de Educación en Biobío, explicó que “el ministerio trabaja en red, en primer lugar, con los sostenedores, tanto municipales como particulares subvencionados y particulares pagados, y en segundo lugar hay un trabajo en red en donde sobre todo nosotros procuramos es que aquellos alumnos que vayan quedando fuera del sistema puedan obtener las facilidades para ir retomando sus estudios”.

Esta iniciativa también incluye una modalidad en educación de adultos, tercera jornada, flexible, convalidación de estudios, para que justamente quienes son desertores del sistema y llevan muchos años fuera de este, también puedan finalizar y concluir esa etapa.

Con respecto a los alumnos que están en edad escolar (4 a 18 años) y no están escolarizados, Peña dijo que “lo que nosotros hacemos es trabajar con los municipios, para justamente, hacer un seguimiento y procurar con las familias de esos niños, que los alumnos puedan retomar sus estudios”.

OTRAS CIRCUNSTANCIAS

También existen situaciones en donde hay alumnos que por la situación del vulnerabilidad en la que se encuentra, o en el caso de los niños infractores de ley, se hace más difícil, poder escolarizar a los alumnos, y en ese caso lo que se hace es incluso, a veces, llegar dentro de los mismos centros del Sename o las cárceles, “hay de hecho proyectos bastantes vanguardistas como el de la escuela carcelaria de Coronel, en donde al interior de un centro penitenciario se entrega educación media a los alumnos que están ahí dentro”.

“Por lo tanto, el ministerio siempre va a buscar la forma que los alumnos puedan terminar sus estudios, de hecho esta cifra de 2.657 alumnos a nivel regional, no representa más de un 2% del total de alumnos en el país, pero obviamente, independientemente del porcentaje, es un número que al ministerio le preocupa, porque es justamente la proporción de alumnos más vulnerables. Y es en donde justamente el Estado necesita tener un rol importante y protagónico”, recalcó Peña.

NEGACIÓN A SU DERECHO

Existen algunos casos en que los tutores, ya sea padre o algún familiar de los niños, no se preocupan o se oponen a enviarlos al colegio. Frente a esta situación, el seremi dijo que “en caso que eso ocurra, lo que puede hacer cualquier persona natural al tanto de esta situación, es denunciar en Carabineros, porque todos los niños tienen el derecho de educarse, y por lo tanto, quien niegue ese derecho en su calidad de tutor, ya sea padre, familiar o el mismo Estado, puede obviamente recurrir, no sólo a la Constitución, sino que también a la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño”.

Ese es un tratado internacional, tiene un rango constitucional, y obviamente, en caso que se vulnere o infrinja cualquier persona puede pedir que se recurra a la justicia para hacer responsables a quiénes estén vulnerando ese derecho.

“¡Todos los niños tienen derecho a la educación!”, así se establece en el documento que constituye los derechos más importantes que las leyes chilenas garantizan a todos los niños del país, la que por ningún motivo debe ser vulnerada.