Lago y reserva Ralco: una mezcla de belleza natural y artificial

A 94 kilómetros de Los Ángeles, llegando al pequeño pueblo de Ralco, los aventureros podrán obtener los víveres que consideren necesarios para comenzar su viaje a través del sector que exhibe grandes paisajes naturales de tierras nunca pisadas por el hombre, así como lugares creados por el mismo, como el lago artificial.

EL LAGO RALCO

A unos 25 kilómetros de la localidad, después de pasar por el primer lago artificial, el Pangue, aparece el lago Ralco.

Este hermoso estero artificial, que no ha estado exento de polémicas, especialmente por la involucración étnica pehuenche, fue constituido por el embalse de la hidroeléctrica Ralco.

En la zona se pueden realizar actividades como la pesca deportiva en conjunto de distintas actividades náuticas en sus tranquilas aguas turquesas como velerismo, kayak, motos de agua y paseos en lancha, entre otras.

Hay que señalar que el lago no es apto para el baño, debido a que estos terrenos creados por el hombre se encuentran bastante empantanados y, poseen una gran cantidad de árboles sumergidos.

También sobre el lago hay un puente llamado, Chenqueco, que se creó para solucionar los problemas de conectividad en Alto Biobío y, se encuentra construido sobre el río Ralco. Así que los visitantes podrán admirar el paisaje, con mayor tranquilidad transitando por el sector.

En cuanto a las actividades terrestres, la reserva nacional que se encuentra en sus cercanías es el destino idóneo.

RESERVA NACIONAL RALCO

El lugar cuenta con una impresionante cantidad de hectáreas, muchas de ellas por descubrir, que poseen una exuberante vegetación de lengas, ñirres y sagradas araucarias de distintos tamaños, prácticamente milenarias, además de una vasta población animal compuesta por carpinteros negros y cóndores para los que sean pacientes y quieran contemplar el cielo a su espera.

También, hay que destacar que sus inmediaciones cuentan con atractivos naturales como el río Ralco, volcán Callaqui, laguna La Mula y los esteros Loncotahue, Vilcuncura y Quillaicahue.

Estos sectores son especiales para establecer campamentos, donde se puede practicar treeking, montañismo junto a la contemplación tanto a pie, como a caballo de la flora y fauna para tomar fotografías en lugares inexplorados como un verdadero aventurero.

También, los deportistas, en especial los extremos, pueden practicar el ciclismo montaña, poniéndose a prueba en los grandes relieves del sector, descendiendo por los cerros o, solamente dar un tranquilo paseo.

Hay que recalcar que los que deseen visitar los lugares deben respetar el hermoso lago, que por momentos se olvida que es artificial, por sus aguas turquesas y árboles nativos, así como los paisajes junto al conjunto de todas las maravillas naturales antiquísimas de la reserva, porque son zonas donde se mezcla la cultura viva de los pueblos originarios que respetan mucho.