Río Rucúe: dualidad de belleza en distintas estaciones

A los pies de la montaña Sierra Velluda, en un lugar llamado Los Cajones a 11 kilómetros de Antuco, nace el río Rucúe.

Este lugar, en sus inicios, presenta un pequeño caudal proveniente de filtraciones que brotan desde las alturas de la montaña, recorriendo una distancia de 52 kilómetros hasta desembocar en el río Laja.

En invierno, su recorrido se combina con la nieve que cae posándose en sus orillas, el cual sumado a una intensa neblina, combinándose con el cálido color rojo que algunas especies arbóreas adoptan en la estación, logran un conjunto especial para contemplar, recorrer y tomar fotografías.

En las siguientes estaciones, la unión naturaleza-río, cambia abruptamente, ya que la vegetación rojiza finaliza su letargo para tornase de un intenso color verde, que junto al característico sol que comienza a presentarse en la fecha, dan la oportunidad de apreciar sus tibias aguas color calipso que, las cuales dan paso a un sinfín de actividades recreativas al aire libre.

UN ALTO PUENTE SOBRE EL RUCÚE

Este puente se encuentra camino hacia la hermosa cordillera de Los Andes, bordeando el río, el cual se impone con una belleza que recuerda el poder y las maravillas de la ingeniería creada por mano del hombre.

Se encuentra a más de 80 metros de altura sobre el afluente, este gran atractivo turístico posee bajo él, pozones de hasta cuatro metros de profundidad. Nadar en esas tibias aguas cristalinas es una experiencia que no se olvidará jamás.

Por suerte, la construcción de madera y cemento colgante sigue en pie a pesar de su antigüedad, pero ya no se le permite el paso a los vehículos por lo débil que se encuentra.

Así que hoy en día la antigua construcción de madera debe ser transitada a pie.

Cabe destacar, que el puente no es recomendado para los que sufren de vértigo o temen a las alturas, ya que sólo al caminar sobre él se mueve intensamente. De todas formas su belleza es inigualable, especialmente para tomar fotografías, aire puro y contemplar desde la altura el río en sus diferentes estaciones.

DISFRUTAR AL PURO AIRE LIBRE

A la ribera de este río concurre gran cantidad de turistas que disfrutan del balneario y práctica de distintas actividades, admirando el marco de intensos colores que poseen sus alrededores.

Esta cuenca del afluente es absolutamente verde y, no tiene que envidiarle nada a los paisajes del sur de Chile.

Entre algunas de las actividades que se pueden realizar se encuentran la pesca deportiva, respetando la Ley de Pesca, en los sectores correspondientes.

Hay que considerar que desde los meses de junio a septiembre nieva y llueve en el lugar, por lo tanto, no es recomendable.

Otra actividad, es la observación de la flora y fauna, ya que los aventureros podrán descubrir distintas especies en peligro de extinción o vulneradas, como por ejemplo, el ciprés de la cordillera, la araucaria, de la cual quedan muy pocos ejemplares, que se pueden observar a través de un sendero de excursión que asciende hacia la Sierra Velluda.

También se hacen presentes los raros maitenes de Chubut y Radal enano, entre otros.

Por otra parte, las aves con sus 47 especies entre las que se encuentran pajarillos, anátidas, rapaces y búhos, entre otras.

Podrán asombrar a los que recorran los caminos y entornos del Río Rucúe.

Los más afortunados, dedicados y pacientes exploradores, podrán observar al Cóndor desplegando sus imponentes alas de más de dos metros en las alturas, sobre el río.

En resumen, el Río Rucúe es un lugar donde se puede pasar un momento de tranquilidad, por su vegetación prominente coronada por una maravillosa flora y árboles nativos que junto a sus aves logran un conjunto que turistas de todas partes podrán admirar tanto en invierno como las siguientes estaciones del año.