Fernando Acuña: un comunicador arraigado en su cultura pehuenche

Fernando Acuña Candía de 32 años es un hombre que nació en Alto Biobío y creció impregnado de la cultura que aquí se vive de manera diaria, sin dejarla en el olvido.

Explicó a La Tribuna FinDe que, a pesar de las complejidades que enfrenta la comuna, ama su trabajo como relacionador social y lo ve como una manera de retribuir a su comuna todo lo que le ha entregado desde que tiene memoria.

Entre sus labores, hoy está mantener contacto con las lejanas comunas que se desarrollan en esta zona y ello –explicó- es un desafío que realiza cada día con mucho ímpetu y ganas, porque acá están todas las personas que tienen su cariño.

“Llegue muy pequeño a Alto Biobío, aquí me eduqué desde que tengo memoria, cuando mis papás llegaron a hacer clases. Por ello mantengo mucho cariño por su gente y toda la cultura”, explicó Fernando.

Desde muy joven agregó que creció entre distintas historias desde la típica nacional, hasta la que conoció por medio de las diferentes etnias que siempre le llamaron la atención.

Por motivos de estudio pasó mucho tiempo alejado de la comuna. Estudió periodismo en la Universidad de Chile en Santiago y, además, realizó especializaciones en el área de cultura mapuche con el fin de aprender mucho más del origen de su tierra. A ello, y a su interés, debe su retorno.

 

EL REGRESO A VIVIR EN ALTO BIOBÍO

Posterior a ello y con mucho interés de crecer aún más, volvió a vivir con su familia y aquí comenzó el desafío de trabajar con la comunidad. Para ello, aprendió la complejidad de cada uno de los procesos en los que viven los distintos pueblos étnicos.

El joven explicó a La Tribuna FinDe que “en este camino he aprendido mucho. Hoy conozco a todos los lonkos, conozco sus necesidades y eso me llevó a entender los periodos con los que crece la comunidad”.

Dice que recorrió Santiago, Valparaíso y otras partes donde aprendió muchas cosas que lo ayudaron a potenciar su trabajo intercultural, donde comenzaron muchos desafíos.

Por ello, en la comuna asumió el rol de relacionador social, un rol más allá del periodismo, donde -explicó- debe generar contacto entre comunidades en general.

“Yo hago relaciones sociales con el fin de acercar las instituciones a la gente, trato de ayudar a que la comunicación sea efectiva. Hicimos la radio, creamos redes sociales y la gente ha aprendido a usarlas; ayudamos a crear comunicación”, manifestó.

QUÉ SIGNIFICA TRABAJAR EN ESTA COMUNA

Sobre su trabajo, dijo que este es un desafío que ha podido desarrollar con bastante esfuerzo por la lejanía, pero gracias a ello ha tenido bastantes retribuciones: “Actualmente, para comunicarnos necesitamos hasta tres equipos de distintas compañías y muchas horas para movernos entre sectores”.

La barrera idiomática es otra gran problemática, la que ha aprendido progresivamente a pesar de su desarrollo en el sector. Esta siempre ha sido una de sus grandes metas, ya que cerca del 80% de las personas del sector habla chedungún. Por ello, -comentó- siempre porta consigo una libreta donde anota variados términos. “Esta es mi tarea pendiente, a pesar que puedo conversar y aprender términos, esta es una de mis mayores metas”, manifestó.

Esa otra de las experiencias que ha debido enfrentar en el trato con los lonkos, quienes tienen todo su respeto. Ya los conoce a todos y dice que ha aprendido mucho de este trato, el que es un punto muy significativo para la comunidad en general y su forma de pensar.

“El trato con los loncos es otra de las metras. Siempre vemos el trato entre las dos partes, en las comunidades con los jefes y en la comuna general con el alcalde y esa es una relación constante. En Alto Biobío se mantiene mucho la reciprocidad, donde la máxima cabeza es el lonko y es una autoridad que vive de la aprobación de la comunidad”, expresó.

El comunicador manifestó que aprendió mucho de esta relación, donde la comunidad juega un rol muy importante en cuanto a decisiones y su trabajo.

Esto, dijo, es referente a que la comunidad es quien decide cuánto tiempo trabaja esta autoridad y por ello se genera una relación de respeto mutuo entre las partes.

Por ello, manifestó que este es un gran ejemplo que se podría llevar a cabo en toda la sociedad y en ello queda mucho por aprender.

UNA VUELTA A LA RELACIÓN FAMILAR

Por todo esto, Fernando Acuña se siente muy satisfecho, puesto que ha aprendido a ver la comunidad desde diferentes aspectos y sobre todo hoy puede compartir con sus padres, hermanos y sobrinos a los que quiere con gran amor.

Siente que durante su estadía fuera de la comuna perdió mucho tiempo, inclusive enfrentó el cáncer de su madre, ello lo llamó a volver para cuidarla y ver partir a su hermano, quien era su mejor amigo, quien sufría de epilepsia: “Cuando volví a la comuna me enfrenté a la partida de mi hermano, quien dejó a mi querida sobrina quien lleva mi nombre, ella es Fernanda y ese es uno de los mayores tesoros de volver a casa”.

Dijo que, debido a esto, es un creyente en las vueltas de la vida y el destino, quien quiso que viviera los últimos meses de vida de su hermano, donde pudo compartir con él divertidas experiencias.

Por todo esto, explica que una de las mejores decisiones que ha llevado a cabo es volver a la comuna que lo vio crecer y  donde hoy ejerce diferentes funciones, porque además es bombero y participa de otras actividades que lo hacen sentir cada día parte de su comuna.

“Hoy me siento contento de mis decisiones. Acá he ganado grandes cosas, en cuanto a la comunidad y el ámbito familiar”, sentenció este hombre, quien se siente orgulloso de todas las actividades que ha llevado a cabo.