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La Tribuna

Vecino tuvo que esperar 4 años para que podaran árbol que amenazaba su casa

por Juan Pablo Vergara

José Ortega de 88 años contó que sólo con la ayuda de un abogado pudo resolver su problema, el cual desde enero de 2014 intentó solucionar vía Juzgado de Policía Local y Municipalidad de Los Ángeles.

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Su indignación frente a lo que él considera es el típico caso de irresolutividad de las instituciones en Chile expresó un anciano de 88 años que se acercó a La Tribuna para contar la mala experiencia que tuvo con el Segundo Juzgado de Policía Local y otros organismos públicos de Los Ángeles.

José Ortega, domiciliado en el pasaje Antonio de Padua de la villa San Francisco relató que a inicios de 2014 acudió al citado tribunal para denunciar a un vecino, en cuyo sitio y muy pegado al cerco que los divide, había un árbol con ganchos y ramas que traspasaban hacia su propiedad, amenazando caer sobre el techo de su casa.

La decisión de denunciarlo dijo, la adoptó una vez que agotó toda instancia de diálogo con esta persona para que podara su árbol, sin obtener resultados.

JUZGADO DICTA SENTENCIA

“En lo concreto, el 25 de septiembre de 2014 el Segundo Lo Juzgado de Policía Local de Los Ángeles dictó sentencia, mediante la cual se condenó a mi vecino a realizar la poda del follaje de su árbol en un plazo de 5 días, más una multa que recibió”, recordó el anciano.

Siguió contando que pese a lo resuelto por el tribunal el problema continuó, puesto que el denunciado no dio cumplimiento a ninguna de las penas recibidas, razón por la cual, incluso se despachó una orden de arresto en su contra, “pero sólo por el no pago de la multa”, especificó Juan Ortega.

“A lo pocos días mi vecino se acercó y pagó la multa. A partir de entonces, el tribunal consideró que la causa estaba cerrada y procedió a archivarla”, rememoró.

Tras esto y para colmo, terminó sucediendo lo que él temía: las ramas y ganchos del árbol vecino terminaron cayendo sobre su casa.

“Me acerqué al Juzgado para que me explicarán cómo era posible que a partir de la denuncia que yo había formulado y pese a haber obtenido una sentencia favorable, mis derechos seguían desamparados y en cambio las instituciones, en este caso la Municipalidad de Los Ángeles, ganaban dinero gracias a ella”, señaló el abuelo.

Además, denunció malos tratos por parte de funcionarios del tribunal, cada vez que se acercaba hasta allá para reclamar por su situación, catalogando el funcionamiento de la institución como una burocracia escandalosa.

“Con el correr del tiempo al menos conseguí sendas audiencias con el magistrado titular, y en alguna ocasión también con el juez sobrogante, pero en cada una de esas ocasiones también fui grotescamente tramitado con explicaciones y respuestas dilatorias”, afirmó.

GESTIONES ANTE EL MUNICIPIO

Aseguró que así se lo ha pasado estos últimos tres años, acercándose también de manera paralela a otros servicios públicos que pensaba podían ayudarlo de una manera más rápida en su problema. Así fue como acudió a la Municipalidad de Los Ángeles y la Gobernación de Biobío.

“Pude constatar durante largo tiempo que ningún organismo público, de aquellos que están al servicio del ciudadano, era capaz de resolver mi problema, y lo que más indignación me provocó toda esta situación, ya no fue tanto la burocracia o la pérdida de tiempo y de dinero, sino el que la Municipalidad de Los Ángeles se haya mostrado muy diligente sólo para cobrar la multa a mi vecino, cuando el verdadero afectado era yo”, reclamó el hombre.

En ese contexto es que finalmente Juan Ortega optó por un abogado. “En poco menos de un mes logró que el día 9 de enero del presente año, una cuadrilla de la Dirección de Medio Ambiente de la municipalidad fuera mi domicilio a cortar las ramas del árbol de mi vecino que estaban suspendidas sobre el techo de mi hogar”, comentó.

Diario La Tribuna contactó al abogado que asesoró a este paciente ciudadano angelino que debió esperar cuatro años para encontrar una solución a un problema tan doméstico como es la poda de un árbol vecino que ponía en peligro su propiedad.

El profesional se llama Jorge Kuncar, quien al igual que su representado, fue crítico al referirse sobre el trabajo que cumplen, en general, muchos organismos públicos.

“Todo funciona a ritmo de tortuga, con una negligencia, pereza y una burocracia vergonzosa, y en este caso en particular le tocó pagar los platos rotos a don Juan Ortega, pero tengo montones de clientes que han pasado por lo mismo”, aseveró el jurista.

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